Cómo política comercial, observancia de mercado y reposicionamiento de las cadenas de valor son claves para el impulso a la sostenibilidad textil

Cómo política comercial, observancia de mercado y reposicionamiento de las cadenas de valor son claves para el impulso a la sostenibilidad textil

España ejerce la presidencia del Consejo Europeo en este semestre. Y el textil y moda españoles deben estar presentes defendiendo intereses comunes en materia de política comercial. Uno de estos es, sin duda, la oportunidad de continuar diversificando nuestros mercados -no sólo a través de la mejora de las reglas comerciales globales establecidas por la OMC con mayor o menor acierto- sino a través de los nuevos tratados de libre comercio (TLC) -o de sus revisiones- con reglas equilibradas de beneficio mutuo que faciliten la igualdad de condiciones entre operadores para no debilitar la competitividad internacional del sector europeo.

Para la EBCA, organización de marcas de moda europeas, es importante impulsar un sistema libre, funcional y de comercio justo -en condiciones equitativas- que garantice la previsibilidad de las cadenas de valor de la moda, que las flexibilice incrementando su misma resiliencia y que facilite, al mismo tiempo, un crecimiento compartido sostenible. Sobre todo, si como es el caso, se busca elevar los estándares sociales y ambientales globales mediante la introducción de nuevas cláusulas comerciales en materia social y medioambiental (circularidad, sostenibilidad y descarbonización) en los acuerdos de libre comercio a través del diálogo, la cooperación y el compromiso mutuos más allá de las reglas voluntarias internacionales.

La segunda, que los productos que se comercialicen en el mercado único lo hagan cumpliendo con los requisitos europeos en materia de calidad, seguridad e información -incluyendo protección contra la falsificación, el fraude u otros- así como de dumping. Y entre los requisitos de calidad -entendida como cumplimiento reglamentario- los que se van legislando progresivamente también en materia de ecodiseño, diligencia debida u otros. Para lo que es fundamental impulsar de forma armonizada su marco legal, mercados informados e incentivos apropiados para estos productos sostenibles. Y, que ello, se haga de una forma realista, pragmática y, a su vez, progresiva -con un enfoque flexible basado en riesgos- teniendo en cuenta la complejidad de las cadenas globales de valor del textil y la moda.

Pero, también impulsando el refuerzo de los sistemas nacionales de vigilancia de mercado tanto en frontera como en puntos de venta -además de seguir impulsando legislaciones que den respuesta a retos como el de las ventas a través de los canales digitales- con medios, recursos y soluciones tecnológicas como el futuro pasaporte digital. Teniendo en cuenta, a su vez, que la aplicación efectiva -y, por supuesto, armonizada- de las directivas, reglamentos y otras iniciativas europeas no puede entenderse sin una mayor cooperación, coordinación y colaboración entre estos sistemas nacionales.

Un tercer factor que debe tenerse en cuenta viene asociado a la actual oportunidad de reforzar la resiliencia de las cadenas de valor del textil y la moda europeas, a través de su transformación verde y digital en, al menos, tres aspectos: por un lado, reforzando tamaño, productividad y posicionamiento (en producto x mercado) de las empresas europeas; por el otro, incentivando una Industria local de cabecera -enormemente debilitada- en, al menos, sus productos más críticos (autonomía estratégica abierta); y, en tercer lugar, fortaleciendo sus cadenas de suministro internacionales mediante una combinación progresiva, pragmática e inteligente de buenas prácticas en materia de diligencia debida en gobierno corporativo, derechos humanos y medioambiente (EGS) que proporcionen seguridad jurídica a sus actores, que no socaven la competitividad global del textil y la moda europeas y que sean proporcionadas a los medios, recursos y capacidades de sus PYMES.

El Observatorio constituiría un foro de reflexión y un espacio de colaboración común entre las áreas del retail, la confección y la industria textil de cabecera -incluyendo industria reciclado- orientado a la reconfiguración de las cadenas globales de valor del textil y moda derivada del marco regulatorio, los retos para la competitividad empresarial (en áreas como costes, tamaño, innovación, productividad, posicionamiento-mercados, etc.) y la propia situación de las cadenas de valor estratégicas.

Política comercial, observancia de mercado y reposicionamiento de las cadenas globales de valor son oportunidades clave para incentivar, construir y escalar soluciones que garanticen el cambio sistémico hacia una industria textil y moda europea circular, sostenible y descarbonizada.