El Observatorio lanza su primer Laboratorio de Ideas TT@OTYM junto con PwC.

El Observatorio lanza su primer Laboratorio de Ideas TT@OTYM junto con PwC.

El marco europeo legislativo en residuos, ecodiseño, diligencia debida y empoderamiento de los consumidores introduce enormes retos sobre costes, competitividad y cadenas globales de valor en, al menos, los segmentos mayoritarios de prendas de vestir, textil hogar y similares, derivados de la concienciación de los consumidores, la heterogeneidad de las legislaciones nacionales, tanto dentro como fuera de la Unión, la intensificación de la competencia con nuevos actores globales no europeos y la más que probable reconfiguración de las cadenas de valor globales por diversas externalidades geopolíticas, legislativas, tratados, etc. Nichos como el lujo, la salud, defensa o protección individual resultarán seguramente menos afectados. Podríamos afirmar que el Sector Textil y Moda ha estado expuesto a tres grandes saltos disruptivos en las últimas cinco décadas:

• De naturaleza económica: Verticalización (Inicio década 1980) y Deslocalización (Inicio 1990)

• De naturaleza tecnológica: Procesos Digitales – Transformación Digital (Inicio década 2000)

• De naturaleza legislativa: Descarbonización, Sostenibilidad y Circularidad (Década 2020)

En meses anteriores hemos ido describiendo directivas, reglamentos y otras iniciativas derivadas del plan de acción de economía circular europeo de aplicación sobre el Sector Textil y Moda. Muchos de estos paquetes legislativos se encuentran en este momento en su última fase de trílogos Comisión, Parlamento y Consejo Europeo y, podemos afirmar, que siguen creando muchas dudas. Como es el caso de la propuesta de directiva europea sobre diligencia debida que se debatió ampliamente en un encuentro reciente auspiciado por el presidente del Comité de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, D. Adrián Vázquez, con la presencia del Observatorio entre los ponentes invitados (en la fotografía). Durante el mismo se aportaron cuestionamientos sobre su complejidad de gestión global -al enfocarse sobre <<cadenas de valor>> en lugar de <<cadenas de suministro>>), el amplio impacto de estas obligaciones sobre las empresas de mediana y pequeña capitalización internacionalizadas en costes, compliance, crecimiento y penetración y, por supuesto, el que puede tener sobre un amplio número de PYMES integradas en cadenas de valor mundiales sin los medios, recursos y conocimientos suficientes para adaptarse con celeridad.

Si, con este mismo ejemplo, enfocamos la pregunta sobre prácticas sostenibles en las marcas de moda occidentales de pequeña, mediana y gran capitalización, se puede afirmar que -con carácter general- están a la vanguardia en la aplicación de normas voluntarias internacionales en esta materia. Baste citar que, de los ocho convenios internacionales con sindicatos para supervisar diligencia debida en cadenas de suministro, cuatro de ellos se corresponden con las marcas españolas de gran y mediana capitalización. Si bien, puesto que todo es siempre mejorable, también las marcas europeas -aunque partan de esa situación comparativamente ventajosa- deben seguir construyendo reputación de una forma global impulsando su propósito, políticas y valores, sus esquemas de gobernanza y sistemas de gestión de riesgos y su responsabilidad social y ambiental corporativas. Pero, al mismo tiempo, las reglas del juego que les apliquen -al igual que a otros sectores- deben también permitirles proyectarse en un mundo interconectado en el que los europeos perdemos peso frente al Indo-Pacífico.

Entre los fines fundacionales del Observatorio se encuentra servir de brújula estratégica para el Sector Textil y Moda español. Y esto debe hacerse en, al menos, dos sentidos: hacia afuera informando a las distinto niveles políticos y administrativos nacionales y comunitarios sobre los efectos colaterales de la regulación en curso -incluso respecto a sus efectos sobre estabilidad legislativa, seguridad jurídica y calidad normativa básicas para la inversión- frente a otras fórmulas incentivadoras para alcanzar los objetivos en sostenibilidad y, por supuesto, también hacia adentro informando, formando opiniones empresariales y estrechando colaboraciones en las cadenas de valor. Pues no se trata sólo de apuntar hacia un puerto conocido -en palabras de Lucio A. Séneca, “para el que no sabe a qué puerto se dirige no hay ningún viento favorable”- sino de preparar “naves, formaciones, tripulaciones e instrumentos de navegación”.

Con este objetivo el Observatorio lanza, en este último trimestre de 2023, su primer Laboratorio de Ideas o think tank -TT@OTYM- junto con PwC para analizar, desde un enfoque en riesgos, los retos, amenazas y oportunidades que abrirá el marco legislativo mencionado sobre costes, competitividad y cadenas globales de valor. Les invitamos a seguir desde este mismo medio sus futuras reflexiones.