Principales conclusiones del I Taller Laboratorio de Ideas TT@OTYM.
- España puede liderar la transformación sostenible del sector textil-moda. España tiene la capacidad de posicionarse como líder dentro del marco de la UE para guiar la transformación del sector hacia modelos circulares y sostenibles. Cuenta con empresas líderes en todos los escalones de la cadena de valor circular textil-moda. Es importante la colaboración en toda la cadena de valor, tanto de las empresas privadas como de la administración. El OTYM es una pieza clave para la coherencia y cohesión entre los actores.
- El sector se enfrenta al reto del nuevo marco regulatorio. Las exigencias de la Ley de Residuos y la próxima aprobación de la revisión de la Directiva Marco de Residuos y otras normas comunitarias obligan al sector a hacer frente, de forma ágil, a retos como la prohibición de destrucción de excedentes de productos no perecederos, la obligación de un sistema de recogida separada y de gestión del residuo textil, la implantación de la responsabilidad ampliada del productor y el desarrollo y la puesta en marcha de mecanismos para mejorar la producción, la trazabilidad y la obtención de datos.
- La regulación tiene un impacto económico relevante (y aún impreciso). La nueva normativa va a tener impactos relevantes en todas las cuentas de las empresas, en forma de más gastos y de inversiones nuevas. Es difícil, todavía, cuantificarlo. Los impactos van a ser en el corto y largo plazo, y tanto en la forma de oferta como demanda. Aunque son impactos difíciles de medir, es necesario llevar a cabo una aproximación a través de diálogo con las cadenas circulares textiles, mediciones parciales y otros mecanismos que permitan ganar visibilidad.
- El sector está insuficientemente preparado para los cambios. De acuerdo con la encuesta realizada por el OTYM y PwC, las organizaciones consideran que tienen un conocimiento moderado de la nueva normativa y están relativamente poco preparadas para la adaptación que se necesita. La integración del nuevo modelo productivo y los costes operativos son los principales retos, siendo necesarias nuevas formas de colaboración y adaptaciones en la cartera de proveedores. Por tanto, la inversión en materia de I+D+i, formación, digitalización y mejora de las operaciones deberán ser elevadas.
- Uno de los grandes retos es el incremento del volumen de recogida. La recogida separada de textil (unido a los límites a la exportación) va a multiplicar el volumen de residuo textil a gestionar. Es esperable que a medio plazo se multiplique al doble o el triple el textil recogido. Deberían tener cabida tanto empresas de economía social como otros gestores con ánimo de lucro. Para asumir el reto del incremento del volumen de recogida de residuos textiles, es básica la sostenibilidad financiera del proceso, así como la atracción de capitales. Ha de preservarse la calidad de la prenda para reducir el residuo. Un buen tratamiento y una buena clasificación de los residuos incrementa su valor, y son básicos tanto para la reutilización como para el reciclaje.
- Existen tecnologías para hacer posible el reciclaje; falta escala. Uno de los grandes retos del sector es como mejorar los procesos de reciclado textil. El reciclado mecánico, aunque ofrece peores rendimientos, es una tecnología madura y consolidada en España para residuo preconsumo; falta ganar experiencia para el postconsumo. Es crítico invertir en instalaciones para ganar capacidad. El reciclaje químico ofrece buenas oportunidades para la regeneración fibra a fibra; pero está en vías de industrialización, con líneas piloto que deben escalarse. El termoquímico está en vías de desarrollo; tiene potencial especialmente para residuos postconsumo complejos (multicomposición, fracciones contaminadas u otros). Buena parte de las claves están en la clasificación previa de los residuos: hace falta inversión para plantas de mayor tamaño que sean interoperables y optimizadas; y, también, en nuevos desarrollos alrededor de la I+D+i.
- La importancia del dato para la correcta toma de decisiones. Las empresas tienen muchos datos a nivel individual, pero es necesario compartir y contextualizar para tener visiones más globales. Es necesario colaborar en este sentido para mejorar la calidad de la información y poder llegar a estimaciones y mediciones realistas que faciliten la toma de decisiones y establezcan las direcciones adecuadas.
- El reto del modelo de consumo y la competencia internacional. Avanzar hacia un modelo más circular y sostenible pasa, en última instancia, por revisar el modelo de consumo, algo que comporta gran complejidad. En buena medida, tanto las administraciones como las empresas y el mundo académico están concienciados para llevar a cabo este cambio. Europa puede beneficiarse con una apuesta por la calidad y la sostenibilidad. Sin embargo, existen competidores de terceros países que inundan el mercado de prendas baratas y poco duraderas. No basta con estándares europeos exigentes, hay que controlar su cumplimiento en frontera.
- Es clave abordar el reto a escala europea. La legislación que está por venir va a marcar el futuro del sector a escala europea. Es imprescindible pensar en cómo se va a implementar, en cómo lo van a gestionar las compañías, cómo controlar el cumplimiento, desarrollar las capacidades tecnológicas del reciclado y superar la fragmentación del sector textil europeo, que condiciona los cumplimientos individuales. Es importante un marco jurídico armonizado que aporte certidumbre; así como reconciliar sostenibilidad y competitividad.
- Compromiso de las empresas. El sector ha avanzado mucho previamente en autorregulación y compromiso voluntario para mejorar su sostenibilidad y circularidad. Hay un compromiso claro de las grandes empresas de afrontar este proceso de forma inclusiva; pero es necesario que todos los actores contribuyan al mismo en la medida de sus posibilidades. Las alianzas, estrategias de suministro y la participación de nuevos actores es clave. En cuanto a la implantación de las obligaciones derivadas de la legislación nacional en materia de residuos, se destaca el buen nivel de avance de la iniciativa SCRAP textil -impulsada por la Asociación para la Gestión del Residuo Textil- en curso.